Tres artículos sobre la ley
"Que Ningún Niño Quede Atrás"

publicado en El Mexicano de Santa Barbara
Abril/Mayo 2005

por el padre y el ingeniero del desarrollo
José Luis Saleta,
Goleta/Santa Barbara, California

la traducción inglesa está apenas para ayudar a lectores del inglés
rough computer translation based on
http://babelfish.altavista.com/tr
is just for the information of English-only readers

posted on Harold Marcuse's IV NCLB resource page, June 3, 2005, updated 6/6/05

El Mexicano de Santa Barbara, 21 Abril 2005

Rendimiento escolar de los estudiantes hispanos: ¿Cómo pueden las familias ayudar a mejorarlo?

Todos hemos oído alguna vez, y sobre todo últimamente con la reforma educativa que se está llevando a cabo a nivel federal, quejas sobre el bajo rendimiento escolar de algunos grupos minoritarios, entre otros el de estudiantes hispanos. Cuando uno revisa los resultados académicos de las escuelas de nuestra área hay algo que llama poderosamente la atención: existe una fuerte relación negativa entre el porcentaje de estudiantes latinos y las puntuaciones medias de la escuela obtenidas en los exámenes estatales estandarizados. Así nos encontramos que en el distrito escolar de Goleta Union, por ejemplo, en la escuela elemental de Isla Vista, con un porcentaje de estudiantes latinos del orden del 66%, la puntuación media del Índice de Rendimiento Académico o API según sus siglas en inglés fue el año pasado de 678, mientras que en la escuela de Ellwood, con cerca de un 45% de estudiantes latinos - un número próximo al valor medio del distrito escolar - el API en el mismo periodo fue de 719. En la escuela Kellog, con poco más de un 23% de estudiantes latinos, la puntuación media fue de 870, y en la escuela Mountain View, donde hay algo menos de un 10% de niños latinos, el API fue el año pasado de 904, la más alta del distrito. Casi idéntico análisis se puede hacer de las escuelas elementales del distrito escolar de Santa Bárbara.

¿Qué nos están indicando estos datos? Partiendo de la base de que nuestros hijos tienen las mismas capacidades en igualdad de condiciones que los niños de otros grupos étnicos, si no tienen el mismo rendimiento es que tienen factores en su contra. El más inmediato para muchos de ellos es el lenguaje. El hecho de que tengan que desenvolverse en la escuela en un idioma distinto del que usan en casa hace que, especialmente en los primeros años de la escuela primaria o en los años siguientes a su llegada a este país si la familia ha inmigrado recientemente, que se encuentren en inferioridad de condiciones con respecto a sus compañeros angloparlantes. Especialmente a la hora de medir sus rendimientos con los exámenes estandarizados, que evalúan casi únicamente el uso del lenguaje inglés y los conocimientos de matemáticas (y en este último caso los resultados indican que la diferencia de conocimientos con respecto a sus compañeros no latinos no es tan grande como en lenguaje). Naturalmente, no es realista exigirle a un niño que ha llegado a este país hace uno o dos años y sólo habla inglés en la escuela, que su uso del inglés sea comparable a el de un niño que ha nacido aquí y que el único idioma que ha escuchado en casa desde que nació ha sido inglés. Sin embargo, los estudios de adquisición de lenguaje indican que a la inmensa mayoría de los niños que son expuestos a un nuevo lenguaje en el que tienen que aprender a desenvolverse, les toma entre 3 y 5 años alcanzar un nivel de competencia lingüística comparable al de un hablante nativo. Pero hay otros factores que también afectan negativamente a nuestros hijos, como las condiciones socioeconómicas de un alto porcentaje de la población inmigrante, que hacen que en muchas ocasiones una o varias familias tengan que vivir hacinadas en un espacio muy reducido y los padres tengan que dedicar demasiado tiempo a trabajar para sobrevivir, en detrimento de la necesaria atención al desarrollo emocional y académico del niño, y la mentalidad de que el desarrollo educativo de los niños es tarea casi exclusiva de la escuela.

Entonces, ¿qué podemos hacer como padres para ayudar a nuestros hijos a tener éxito en la escuela, y con ello prepararlos para tener éxito en la vida? En primer lugar, tratar de crear en la casa un ambiente propicio para la educación. Eso significa valorar el esfuerzo que hacen nuestros hijos por aprender, porque cualquiera va a estar dispuesto a hacer un esfuerzo mayor cuando siente que se le va a valorar que cuando parece que nadie se va a dar por enterado de su esfuerzo. Interésese por lo que su hijo está haciendo en clase y aprendiendo en la escuela, por medio de preguntas y diálogo con su hijo, y revisando las tareas que hace en casa o que trae de la escuela. A veces pensamos que si no hablamos inglés no podemos ayudarle con la tarea, pero no es así. Podemos pedirle que nos diga lo que tiene que hacer, y el tenerlo que explicar le va a ayudar a entenderlo mejor. También podemos leer con él o ella en español –todas las bibliotecas públicas y de las escuelas de nuestra área tienen una sección de libros en español que se pueden sacar gratis por periodos de tiempo suficientemente largos-. Eso le va a ayudar a nuestro hijo a mejorar su habilidad de leer en inglés también, y sobre todo a desarrollar el gusto por la lectura. Si sentimos que el idioma es una barrera demasiado fuerte y que nuestro hijo necesita ayuda para realizar la tarea que nosotros no podemos ofrecerle, pregunte en la escuela. Allí van a saber indicarle qué recursos hay en la escuela o en la comunidad para poder ayudarle, como tutorías gratuitas. Podemos intentar crear un ambiente en la casa que, al menos durante unas horas a la semana, favorezca la dedicación de nuestros hijos a realizar la tarea escolar. Apagando el televisor durante un tiempo todas las tardes para facilitarles a nuestros hijos el que se concentren en su tarea. Con ello también reduciremos el tiempo que nuestros hijos están expuestos a programas que muchas veces son adictivos, como las caricaturas o las telenovelas, y cuyos contenidos muchas veces no son adecuados para sus edades.

Por último, involúcrese en la educación de su hijo o hija. Acuda a la escuela cuando le sea posible. Conozca a su maestro o maestra y pregúntele cómo va su hijo en la escuela y qué puede hacer usted para ayudarle si tiene dificultades. El maestro de su hijo es un profesional que probablemente sea quien mejor conoce las necesidades académicas de su hijo. Si el idioma es una barrera para entenderse con el maestro de su hijo, la escuela probablemente pueda facilitarle un intérprete. Vaya a las juntas de la escuela. Infórmese de lo que la escuela está haciendo para mejorar la educación de su hijo. Muchas cosas están cambiando en las escuelas con la reforma educativa que se ha iniciado desde Washington, y algunos cambios pueden ser favorables pero otros podrían ser muy perjudiciales para nuestras escuelas y en definitiva para la educación de nuestros hijos. Más vale dejar oír nuestra voz ahora que lamentarnos después. Y participar en las actividades escolares es ser un buen modelo para nuestros hijos.

Scholastic Achievement of Hispanic Students: How can families help to improve it?

Sometimes, especially recently, just about all we have been hearing about the educational reform at the federal level are complaints about the low scholastic achievement of some minority groups, among them Hispanic students. When one reviews the academic performance of our area's schools something stands out clearly: a strong negative relation exists between the percentage of Latino students and the average scores obtained by the school in the standardized state examinations. Thus we were that in Goleta Union school district, for example, in Isla Vista elementary school, with about 66% Latino students, the average score last year on the Academic Performance Index or API (the English abbreviation), was 678, whereas in Ellwood school , with nearly 45% Latino students - a number close to the average in the whole school district, the API in the same period was 719. In Kellog school, with little more of a 23% of Latino students, the average score was of 870, and in the Mountain View school, where there are something less than 10% Latin children, the API was the year last of 904, highest in the district. Almost identical analysis can be done for the elementary schools of the Santa Barbara school district.

What do these data indicate? Assuming that our children have the same capacities in equal conditions that the children of other ethnic groups have, if they do not have the same scores, then they must have other factors working against them. Immediate for many of them it is the language. The fact that they must develop at school in a language different from that used at home does exactly that, in the first years of the primary school or, if the family has immigrated recently, in the years following their arrival to this country, results in an inferiority of conditions compared to their English-speaking peers. Especially at the time of measuring their achievements with standardized examinations that evaluate almost solely the use of the English language and the knowledge of mathematics (and in this last case the results indicate that the difference of knowledge with respect to non-Latin students is not as great as in language). Naturally, it is not realistic to demand that students who have arrived at this country do one or two years with only English speech in the school, that their use of English is comparable to that of a student who has been born here and who has listened only to English language at home since birth. Nevertheless, the studies of language acquisition indicate that the vast majority of children who are exposed to a new language, in which they must learn to develop, take between 3 and 5 years to reach a level of comparable linguistic competence to that of native speakers. But there are other factors that also negatively affect our children, like the socioeconomic conditions of a high percentage of the immigrant population, where often one or several families must live in a very reduced space, and the parents must dedicate most of their time to work to survive, to the detriment of devoting necessary attention to the emotional and academic development of their child, and whose attitude is that the educational development of children is the almost exclusive task of the school.

So, how can can help such parents to help their children to be successful in school, and thereby to prepare them to be successful in life? First of all, to try to create at home a supportive atmosphere for education. That means to value the efforts that help our children to learn, because anyone is going to be more inclined to reject when they feel that are alone in valuing it, when it seems that nobody takes the trouble to value their effort. Showing interest in what their child is doing in class and learning in school, by means of questions and talking with the child, and reviewing homework or work brought home from school. Sometimes we think that if we do not speak English we cannot help him with homework, but that is not so. We can ask what it says to do, and having the child explain is going to help him or her to understand it better too. Also we can read with him or her in Spanish - all the public libraries and schools in our area have a book section in Spanish that can be borrowed free for sufficiently long periods of time -. That is going to help our child to improve his or her ability to read in English as well, and mainly to develop a taste for reading. If we felt that the language is too great a barrier and that our child needs help on homework that we cannot offer, we can ask at the school. There they are going to know how to tell us what resources there are in the school or the community that can help him, like free tutoring. We can try to create an atmosphere at home that, at least during certain hours of the week, favors the dedication of our children to doing their homework. Turning off the television set during a time every afternoon to help the children who are concentrating on homework. That will also reduce the time that our children are exposed to programs that often are addictive, like cartoons or soap operas, and whose contents are often not suitable for their ages.

Finally, one can value the education of one's son or daughter. Go to the school when it is possible. Get to know the teacher and ask how the student is doing in school and what one can do to help him/her if s/he has difficulties. The teacher of one's child is a professional who probably knows the academic needs of one's child very well. If language blocks understanding the teacher of one's child, the school probably can provide an interpreter. Go to school meetings. Keep informed about what the school is doing to improve the education of one's child. Many things are changing in schools with the educational reform that has begun from Washington, and some changes can be favorable but others could really be very detrimental for our schools and for the education of our children. It is better to speak out now than to be sorry later. And to participate in school activities is to be a good model for our children.


El Mexicano de Santa Barbara, 12 Mayo 2005

¿Reformar la Reforma?

La ley "Que Ningún Niño Quede Atrás" o "No Child Left Behind" se vendió como la reforma del sistema público de enseñanza, desde el kinder hasta el final de la preparatoria, que muchas voces venían pidiendo. Este país que se considera a la cabeza del mundo en casi todo, sale mal parado cuando se compara el rendimiento académico y los conocimientos de sus jóvenes con los de la misma población de otros países, muchas veces en clara desventaja económica. La brecha entre el rendimiento académico de los jóvenes blancos de clase media y el de los estudiantes no-blancos de clase baja era cada vez mas amplia. Uno de los objetivos de la reforma era exigir que las escuelas y distritos escolares demostraran que estaban dando buen uso a los fondos que recibían. Para ello se pensó que era necesario establecer un sistema de evaluación estandarizado (con exámenes de lenguaje y de matemáticas) que permitiera exigir un cierto nivel de rendimiento en estas materias no sólo a cada escuela, sino a cada grupo de estudiantes dentro de la escuela.

La nueva ley exige que al menos un 95% de los estudiantes de cada escuela a partir de segundo grado tome los exámenes cada año y los resultados sean analizados no sólo en su conjunto, sino también desmenuzados en las diversas subcategorías de estudiantes con suficiente representación en la escuela. Las subcategorías consideradas son: estudiantes con desventajas socio-económicas (aquellos cuyos padres no se graduaron de la preparatoria, o que participan en el programa de almuerzos gratuitos o de precio reducido para familias de bajos recursos), estudiantes que están aprendiendo inglés, estudiantes con discapacidades y estudiantes pertenecientes a un grupo étnico minoritario como son los hispanos, los blancos de origen no hispano, los afro-americanos, los asiáticos, etc. De esta manera es posible ver no sólo si la escuela en su conjunto cumple las metas propuestas, sino además observar si cada subgrupo de estudiantes también está avanzando o si por el contrario la brecha antes mencionada está creciendo. Un análisis necesario si queremos asegurarnos que ningún niño - o grupo de niños, como ha venido sucediendo de manera alarmante – quede atrás. Hasta aquí todo parece razonable tanto desde el punto de vista del contribuyente, que quiere que el dinero de sus impuestos sea utilizado de manera eficiente, como desde el punto de vista de los padres de familia, que querrán asegurarse de que la escuela ofrece la mejor educación para sus hijos sin que haya grupos que queden rezagados.

Ahora entramos en lo que yo considero la parte más polémica de la ley: el elemento sancionador. Si estamos evaluando a los estudiantes de las escuelas en su conjunto y por grupos, habrá que establecer un criterio para decidir cuándo una escuela o distrito escolar está haciendo un buen trabajo y cuándo hay que "reprobarla". Generalmente se usan dos modelos distintos para evaluar el rendimiento de una escuela o un grupo de estudiantes. Uno es el "Modelo de Crecimiento", que es el que ha venido usando el Departamento de Educación del estado de California desde que aprobó la Ley de Responsabilidad de las Escuelas Públicas (PSAA según sus siglas en inglés) en 1999. Según este modelo, el éxito académico de una escuela se mide en función de lo que ha mejorado la puntuación de los estudiantes de un año al siguiente. Sin embargo, la ley Que Ningún Niño Quede Atrás se decantó por lo que podríamos llamar un "Modelo Estático", en el que el rendimiento de la escuela se evalúa cada año en función únicamente de los resultados de los exámenes de ese año, independientemente de lo buenos o lo malos que fueran los resultados los años anteriores. La ley da flexibilidad a los estados para que sean éstos los que decidan el nivel de exigencia que van a imponer a sus estudiantes para aprobar o reprobar los exámenes estandarizados. El Departamento de Educación del Estado de California decidió que era bueno tener estándares altos para sus estudiantes – exigirles más –, de modo que de las cinco calificaciones posibles en cada uno de los exámenes (avanzado, competente, básico, bajo básico y muy por debajo de básico) sólo las dos primeras se consideran aprobado. La ley aspira a conseguir que para el año 2014, el 100% de los estudiantes obtenga calificaciones de avanzado o competente en ambos exámenes. Como en la actualidad dicho objetivo está muy lejos de alcanzarse, hay un "período de adaptación" en el que cada año se exige que un cierto porcentaje de estudiantes, que va aumentando hasta llegar al 100% en el 2014, consiga el nivel aprobatorio. Este año, esos porcentajes son el 24.4% para el examen de lenguaje y el 26.5% para el de matemáticas. El año pasado, los porcentajes fueron, respectivamente, del 13.6% y el 16%.

Esos porcentajes se aplican no sólo al total de los estudiantes examinados, sino a los de cada grupo suficientemente significativo. Por ejemplo, si en una escuela hay un número suficiente de niños hispanos, al menos el 24.4% de éstos tendrán que obtener una calificación de avanzado o competente en el examen de lenguaje para que la escuela "apruebe". Por lo tanto, en las escuelas con mayor diversidad, el número de requisitos que tiene que pasar la escuela se multiplica. Además, un alumno puede pertenecer a varios subgrupos, por lo que sus resultados contarían en varias categorías.

Pongamos por ejemplo un estudiante hispano que está aprendiendo inglés, cuya familia es de bajos recursos y que tiene una discapacidad. Los resultados de los exámenes de este alumno, que tiene múltiples circunstancias en su contra para que éstos sean brillantes, serán contabilizados en cinco ocasiones: en cada una de las subcategorías a las que pertenece (hispanos, discapacitados, socioeconómicamente desfavorecidos y con inglés como segunda lengua) más en los valores agregados para toda la escuela.

¿Y qué pasa cuando una escuela o distrito escolar "reprueba" (no cumple algún requisito)? El primer año que esto sucede no pasa nada, pero si sucede por segundo año consecutivo la escuela entra en una situación que se llama "Mejora del Programa" que tiene consecuencias importantes para los estudiantes y sus familias, para la escuela y el personal que en ella trabaja, y para el distrito escolar al que pertenece. Este tema lo abordaré en un futuro artículo.

Por ahora deseo ejemplificar lo inadecuado de esta ley para el caso específico de la escuela de Isla Vista. La escuela de Isla Vista es la primera (y la única hasta el momento) del distrito escolar de Goleta Union que está en situación de "Mejora del Programa". Es también, probablemente, una de las escuelas con mayor diversidad del estado de California, puesto que sirve no sólo a las familias que viven en Isla Vista, muchas de ellas de inmigrantes hispanos, sino también a las familias de las casas para profesores de UCSB, a las de los dos complejos de viviendas para estudiantes con familia de UCSB, y a las que viven en otras zonas próximas a la universidad, muchas de ellas de trabajadores e investigadores en UCSB, y en conjunto abarcando una gran diversidad de orígenes. Esto hace que un alto porcentaje de esta población no hable inglés en casa (hay años en los que en la escuela de Isla Vista se hablan más de 20 idiomas). También es una población con un alto porcentaje de familias de bajos recursos. Y es una población con un alto nivel de transitoriedad: Isla Vista, pese a tener una población inmigrante bien establecida, es también un primer destino para muchas familias inmigrantes recién llegadas de sus países de origen que, una vez que van teniendo una situación algo más estable, se mueven a otras zonas del condado o del estado. También las familias de estudiantes, muchos de ellos internacionales, están en el área por un tiempo limitado, generalmente de entre 1 y 5 años. Como consecuencia la escuela se encuentra con unos retos enormes: cada año llegan a todos los grados de la escuela un alto porcentaje de nuevos estudiantes que prácticamente van a escuchar sus primeras palabras en inglés en su primer día de clases. Durante el tiempo que están yendo a la escuela van a conseguir, con gran esfuerzo de dichos estudiantes y de sus maestros, que su nivel de inglés sea en muchas ocasiones comparable al de sus compañeros de familias anglófonas. Pero cuando ya han llegado a ese nivel, se van para dejar su plaza a otro estudiante recién llegado. Todas estas circunstancias no las tiene en cuenta la ley, que pese a la magnífica labor que hacen los maestros y todo el personal altamente cualificado de la escuela, ven cómo su escuela es etiquetada como en "Mejora del Programa", y ya ha empezado a sufrir las correspondientes sanciones. ¿Es razonable pensar que en las circunstancias que se dan en esta escuela –y podríamos analizar cualquier otra escuela de la zona con porcentajes significativos de alumnos hispanos – para el año 2014 el 100% de los estudiantes entre segundo y sexto grado vayan a poder sacar una alta calificación en los exámenes estandarizados? Yo, sinceramente, espero que para entonces se haya decidido reformar la reforma.

Reform the Reform?

The "No Child left Behind" law, sold as a reform of public education from kindergarten to the end of the high school, which many voices have asked for. This country, which is considered at the top of the world in almost everything, leaves bad unemployed when it compares the academic achievement and the knowledge of its young people with those of the same population of other countries that often have a clear economic disadvantage. The gap between the academic achievement of the white young people of middle-class and that of the non-white students of lower class status is ample every time. One of the objectives of the reform was to demand that the schools and school districts demonstrated that they were giving good use to the funds they receive. For it it thought necessary to establish a system of standardized evaluation (with examinations in language and mathematics) that permit demanding a certain level of achievement in these matters not only to each school, but to each group of students within the school.

The new law demands that at least a 95% of the students of each school from second grade take the examinations every year, and the results are analyzed not only as a whole, but also broken down into the diverse subcategories of students with sufficient representation in the school. The subcategories considered are: students with socioeconomic disadvantages (those whose parents did not graduate from high school, or which they participate in the program of free or reduced price lunches for low-income families), students who are learning English, students with disabilities, and students belonging to a minority ethnic group such as Hispanics, whites of non-Hispanic origin, Afro-Americans, Asians, etc. This way it is possible to see whether the school as a whole fulfills the goals purpose, but also to observe whether each sub-group of students also is advancing or if on the contrary the above-mentioned gap is growing. A necessary analysis if we want to make sure that no child - or group of children, since that has been happening in an alarming way - is left behind. Up to here everything seems reasonable from the point of view of taxpayers who want their taxes to be used efficiently, from the point of view of parents, who like to make sure that the school offers the best education for their children, without are groups who are left stragglers.

Now we have entered what I consider the most controversial part of the law: the sanctioning element. If we are evaluating the students of the schools as a whole and by subgroups, it is necessary to establish a criterion to decide when a school or school district is doing a good work and when there is reason "to sanction it". Two different models are used generally to evaluate the achievement of a school or a group of students. One is the "Model of Growth," that is the one that has been used by the California Department from Education since it approved the Law of Responsibility of the State Schools (PSAA according to its abbreviation in English) in 1999. According to this model, the academic success of a school is based on whether it has improved the score of the students from one year to the next. Nevertheless, the No Child Left Behind law is derived from what we could call a "Static Model", in which the achievement of the school is judged every year based solely on the results of the examinations of that year, independently of good or bad aspects of the previous years' results. The law gives flexibility to the states so that they can decide the exigency level that they are going to determine the standard at which students pass or fail. The Department of Education of the State of California decided that it was good to have high standards for California students - to demand more of them -, so that of the five possible levels in each of the examinations (advanced, competent, basic, under basic and very below basic) only the two first are considered approved. The law aspires to achieve, for year 2014, that 100% of the students obtain levels of advanced or competent in both examinations. As at the present time this objective is very far from being reached, there is a "period of adaptation" which requires that each year a certain percentage of students obtains the approving level, that will increase until arriving at the 100% in 2014. This year, those percentages are 24.4% for the language examination and 26.5% for the one in mathematics. Last year the percentages were, respectively, 13.6% and 16%.

Those percentages are applied not only to the total of the examined students, but to those of each sufficiently significant group. For example, if in a school there is a sufficient number of Hispanic children, 24.4% of these at least will have to obtain an advanced or competent qualification in the language examination so that the school "passes". Therefore, in the schools with greater diversity, the number of requirements that it has to achieve is multiplied. In addition, a student can belong to several sub-groups, so that their results count in several categories.

Let us take for example a Hispanic student who is learning English, whose family is of low resources, and who has a disability. This student's examination results, who has many obvious circumstances working against him, will be entered in five categories: in each one of the subcategories to which he belongs (Hispanic, disabled, socio-economically underprivileged, and with English as a second language), and in the values for the whole school.

And what happens when a school or school district "fails" (it does not fulfill some requirement)? The first year that this happens nothing is required, but if the school fails for a second consecutive year it enters a situation that is called "Program Improvement," which has important consequences for the students and their families, for the school and the personnel that works there, and for the school district to which it belongs. This subject I will approach it in a future article.

Now I'd like to exemplify the inadequacy of this law using the specific case of the Isla Vista School. Isla Vista School is the first (and the only one up to now) of the Goleta Union school district that is in "Program Improvement". It is also, probably, one of schools with greater diversity in the state of California, since it serves not only the families who live in Isla Vista, many as them of Hispanic immigrants, but also to the families of the housing for UCSB professors, and those of both complexes UCSB family student housing, and to those who live in other areas near the university, many of them of workers and investigators in UCSB, and altogether including a great diversity of origins. Thus a high percentage of this population does not speak English at home (there are years in which in Isla Vista School more than 20 languages are spoken). Also it is a population with a high percentage of families of low resources. And it is a population with a high level of transitoriness: Isla Vista, in spite of having a population established immigrant or, is also a first destiny for many families immigrants just arrivals of its countries of origin that, once they are having a situation somewhat more stable, move to other areas of the county or the state. Also the families of students, many of them international, are in the area for a limited time, generally between 1 and 5 years. As a consequence the school has enormous challenges: every year a high percentage of new students arrives at all the grades of the school who are practically going to listen to their first words in English on their first day of classes. During the time they are going to school they are going to obtain, by their own and their teachers' concerted efforts, a level of English that is in many situations comparable to that of their peers in anglophone families. But when they have arrived at that level, they move away, leaving their seats to another student who has just arrived. The law does not consider any of these circumstances, and in spite of the magnificent work that the teachers and all the highly qualified personnel of the school do, they see that their school is labeled "in Program Improvement," and has already begun to suffer the corresponding sanctions. Is it reasonable to think that in such circumstances 100% of the students between second and sixth grade in this school - and we could analyze any other school of the area with a significant percentage of Hispanic students - are going to be able to achieve a high score on the standardized examinations by the year 2014? I sincerely hope that by then a decision has been made to reform the reform.


El Mexicano de Santa Barbara, 26 Mayo 2005

El Futuro Próximo de Nuestras Escuelas Públicas

José Luis Saleta

La ley "Que Ningún Niño Quede Atrás" del 2001 establece un estricto sistema de evaluación para las escuelas públicas, especialmente para aquellas que reciben fondos del Gobierno Federal. Como ya describí en el último número de El Mexicano, las escuelas que reciben los fondos llamados Título I (destinados a mejorar el rendimiento académico de los estudiantes en desventaja socioeconómica en aquellas escuelas que tienen una alta concentración de los mismos) que no pasen estas evaluaciones anuales durante dos años consecutivos pasan a la situación denominada de "Mejora del Programa". Y tal como está diseñada la ley, una escuela o distrito escolar puede tener que cumplir hasta un total de 46 requisitos para superar la evaluación anual. La medida federal de resultados es el llamado "Avance Académico Satisfactorio" o AYP según sus siglas en inglés. Para cumplir con esta medida, una escuela tiene que superar el nivel marcado para los exámenes estandarizados de lenguaje y matemáticas, no sólo en el conjunto de los alumnos de la escuela, sino también en cada subgrupo representativo (alumnos con discapacidades, alumnos cuya primera lengua no es el inglés, alumnos de familias en desventaja socioeconómica, hispanos, blancos, afro-americanos, asiáticos), también tiene que cumplir con la tasa de participación (al menos el 95% de los alumnos de cada categoría deben haber tomado los exámenes estandarizados), y se debe haber cumplido también la meta de mejora anual de la escuela, calculada mediante el Índice de Aprovechamiento Académico o API, una medida del rendimiento y el avance académico anual de las escuelas de California. Si la escuela o distrito escolar sirve a alumnos de secundaria, también tiene que cumplir el requisito de graduación: el índice de estudiantes que se gradúe de secundaria ha de ser superior al 82.8% o al menos ir aumentando una décima de punto con respecto al año anterior.

Con unos niveles (o porcentaje de alumnos que tienen que sacar los grados de avanzado o competente) que van a ir aumentando hasta alcanzar el 100% para el año 2014, es de prever que el número de escuelas que vayan entrando en situación de "Mejora del Programa" sea cada vez mayor. En la actualidad, de los distritos escolares del sur del Condado de Santa Bárbara, están ya en "Mejora del Programa" las escuelas elementales de Isla Vista, en el distrito escolar de Goleta, y McKinley, en el de Santa Bárbara. También lo está la escuela intermedia La Cumbre Junior High, que está en su segundo año. Y sin duda se unirán a este grupo otras escuelas de la zona en este año.

¿Y qué pasa cuando una escuela entra en situación de "Mejora del Programa"? Lo primero que tiene que hacer el distrito escolar al que pertenece la escuela es anunciarlo a las familias de los alumnos de dicha escuela y abrir la posibilidad de que los alumnos se transfieran a otra escuela del distrito que no esté en situación de "Mejora del Programa". Cabe preguntarse qué pasaría si todas las escuelas del distrito se encontraran en esta situación, pero esto es algo que no se va a dar en los distritos escolares de Goleta o Santa Bárbara, puesto que en ambos hay escuelas que no reciben fondos de Título I por no tener baja representación de estudiantes en desventaja socioeconómica y que por tanto nunca recibirán estas sanciones. También la escuela tiene que elaborar un plan escolar en los primeros tres meses del año académico explicando cómo va a mejorar su rendimiento en los siguientes dos años. Igualmente, la escuela y el distrito escolar deben reservar un 10% y un 5% respectivamente de los fondos que reciben de Título I y dedicarlos a desarrollo profesional del personal de la escuela. Y el distrito debe apartar también una cantidad equivalente al 20% de lo que recibe de Título I (aunque no tienen necesariamente que salir de esta fuente) y dedicarlo a ofrecer transporte gratuito a los estudiantes que han decidido cambiarse a una escuela que no esté en Mejora del Programa.

En el segundo año que se está en Mejora del Programa, siguen en efecto todas las acciones del primer año, pero además la escuela tiene que ofrecer servicios educativos complementarios a los estudiantes con más bajo rendimiento que hayan decidido quedarse en la escuela, generalmente por medio de tutores privados contratados por la escuela.

El tercer año de Mejora del Programa, además de las acciones de los dos primeros años, ya se tiene que poner en efecto al menos una de las siguientes acciones correctivas: reemplazar todo o parte del personal, desarrollar un currículo nuevo, disminuir el nivel de autoridad de los gestores de la escuela, nombrar a un experto externo para gestionar la escuela, aumentar el año o el día escolar o realizar una reestructuración interna de la organización de la escuela. El distrito debe informar a los padres de lo que se decida hacer y facilitar que haya comentarios del público.

 

El cuarto año ya empieza la reestructuración seria: el distrito y la escuela deben preparar un plan para un gobierno alternativo de la escuela. Existen 5 posibles opciones diferentes (aparte de cerrar la escuela) para llevar a cabo estos cambios: la primera opción es que la escuela se convierta en una escuela charter. Ésta es una opción interesante. Las charter son escuelas públicas que hacen un contrato con la entidad local a cargo de la educación pública (distrito escolar) para no tenerse que regir por las estrictas regulaciones de las demás escuelas públicas, a cambio de comprometerse a mantener un alto nivel de rendimiento académico. Pueden tener currículos alternativos, más adaptados a la comunidad específica en que se encuentran, y generalmente las familias tienen un papel más activo en la gestión de la escuela, a veces exigiéndose a los padres una dedicación mínima al mes como voluntarios. La segunda opción es reemplazar a todo o a gran parte del personal de la escuela, pudiendo incluir al director. Esta opción probablemente generaría problemas legales, puesto que los contratos laborales de los maestros en muchas ocasiones no permiten su despido o transferencia involuntaria. La tercera opción es contratar una entidad externa para que gestione la escuela mediante contrato. Esta entidad podría ser una compañía privada, una universidad o la oficina de educación del Condado. La cuarta opción es que el estado se haga cargo de la gestión de la escuela. En el caso de California, el Departamento de Educación ya ha anunciado que no tiene la capacidad de administrar directamente escuelas individuales. La quinta opción es realizar otro tipo de reestructuración o reforma fundamental, incluyendo cambios significativos en el personal y el gobierno de la escuela. Podría dividirse la escuela en escuelas más pequeñas con personal y direcciones independientes, o cambiar la forma de gobierno de la escuela de modo que los maestros y los padres tengan parte en la dirección.

 


En todo este proceso y toma de decisiones, los maestros y los padres se deben mantener informados y se les debe permitir que expresen sus comentarios y opiniones.

El quinto año de Mejora del Programa se llevaría a cabo el plan de cambio de gobierno de la escuela que se haya decidido el año anterior.

Como se puede ver, son cambios muy drásticos, especialmente cuando se tiene en cuenta que no es que vayan a afectar nada más a un puñado de escuelas en todo el país, sino que lo más probable es que antes o después los padezcan todas las escuelas que reciben fondos federales. No es de extrañar que el distrito escolar de Goleta esté considerando muy seriamente renunciar a los fondos federales por completo (que reciben 4 de las 9 escuelas del distrito) para no tener que sufrir las sanciones de la ley. Si otros distritos decidieran seguir ese camino, el gobierno habría conseguido, sutilmente, disminuir de forma significativa el presupuesto de educación recortando, precisamente, los fondos destinados a los estudiantes que más los necesitan.

The Near Future of Our Public Schools

José Luis Saleta

The 2001 "No Child Left Behind" law establishes a rigid system of evaluation for public schools, specially for those that receive funds from the Federal Government. As I described in the last issue of The Mexican, the schools that receive Title I funds (designated to improve the academic achievement of socioeconomically disadvantaged students in schools with a significant proportion of them), and which do not pass these annual evaluations during two consecutive years, are placed in what is called "Program Improvement." And as the law is designed, a school or school district may have to fulfill as many as 46 requirements to pass the annual evaluation. The federal assessment of results is called "Adequate Yearly Progress" or AYP according to its English abbreviation. In order to meet this requirement, a school must pass the level set for the standardized examinations of language and mathematics, not only for the group of all students in the school, but also in each representative sub-group (students with disabilities, students whose first language is not English, Hispanic, white, Afro-American, Asian, and students from socioeconomically disadvantaged families), but also the rate of participation (at least 95% of the students of each category must have taken the standardized examinations), and the goal of annual improvement of the school, calculated by means of the Academic Performance Index or API, a measure of achievement and annual academic progress in California schools. If the school or school district serves high school students, it must also fulfill the graduation requirement: the percentage of students who graduate from high school has to be more than 82.8% or at least increase one tenth percent with respect to the previous year.

With levels (or percentages of students who move into the categories competent or advanced) that are going to be increasing until reaching 100% in 2014, we can anticipate that the number of schools falling into "Program Improvement" is going to keep increasing. At the present time, in the school districts of south Santa Barbara County, the elementary schools of Isla Vista in the Goleta district, and McKinley in the Santa Barbara district are already in "Program Improvement." Also La Cumbre Junior High, an intermediate school, is in its second year. And without a doubt other schools of the district will join this group this year.

And what happens when a school enters "Program Improvement"? First, the school district to which the school belongs has to announce to the families of the students of this school that the students can transfer to another school in the district that is not in "Program Improvement." One might ask what would happen if all the schools of the district were in this situation, but this is something that is not going to happen in the school districts of Goleta or Santa Barbara, since both have schools that do not receive Title I funds since they have fewer socio-economically disadvantaged students, and which therefore will never receive these sanctions. Also the school must develop a academic plan in the first three months of the academic year explaining how it is going to improve its achievement in the following two years. Also, the school and the school district must reserve 10% and 5% respectively of the Title I funds and dedicate them to professional development of the school personnel. And the district must also separate an amount equivalent to 20% of Title I (although they do not necessarily have to come from that source) and dedicate it to offer free transportion to the students who have decided to change to a school that is not in Program Improvement.

In the second year of Program Improvement, they follow essentially all of the actions of the first year, but in addition the school must offer complementary educational services to the students with lower achievement who have decided to remain in the school, generally by means of private tutors contracted by the school.

The third year of Program Improvement, in addition to the actions of the first two years, at least one of the following remedial actions must also be put in effect: to replace all or part of the personnel, to develop a new curriculum, to decrease the level of authority of the school administration, to appoint an outside expert to manage the school, to lengthen the year or the school day, or to make an internal reconstruction of the organization of the school. The district must inform the parents what it decided to do, and solicit public commentary.

The fourth year major reconstruction begins: the district and the school must prepare a plan for an alternative government of the school. Five possible options exist (aside from closing the school) to carry out these changes: the first option is that the school becomes a charter school. This one is an interesting option. A charter is a public schools that makes a contract with the local organization in charge of the public education (the school district), not to have to abide by the strict regulations of other public schools, in exchange for committing to maintain a high level of academic achievement. They can have alternative curricula, better adapted to the specific community in which they are, and the families generally have a more active role in the management of the school, sometimes requiring of parents a minimum amount of volunteer time each month. The second option is to replace all or a large part of the personnel of the school, possibly also the principal. This option probably would generate legal problems, since the labor contracts of the teachers in many cases do not allow to their dismissal or involuntary transference. The third option is to contract an external organization to manage the school by means of contract. This organization could be a private company, a university, or the County office of education. The fourth option is that the state takes over the management of the school. In California, the Department of Education already has announced that does not have the capacity to administer individual schools directly. The fifth option is to make another type of reconstruction or fundamental reform, including significant changes in the personnel and the administration of the school. It could divide to the school in smaller schools with personnel and independent sectors, or change the form of administration of the school so that the teachers and the parents share in the administration.

In this whole process of decision making, the teachers and the parents are to be informed and given opportunity to express their comments and opinions.

The fifth year of Program Improvement the plan of change of school administration that had been decided the previous year would be carried out.

As we can see, these are very drastic changes, especially when one considers that it is not going to affect just a handful of schools in the country, but most likely sooner or later all the schools that receive federal funds. It is no wonder the school district district of Goleta is very seriously considering to resign completely from the federal funds (received by 4 of the 9 schools of the district), in order not to have to undergo the sanctions of the law. If other districts decided to follow suit, the government would have been able, subtly, to significantly decrease the education budget, trimming, indeed, the funds destined the students who need them most.


content by José Luis Saleta, posted by Harold Marcuse on June 3, 2005
rough translation is for informational purposes only
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